¿En cuánto se han incrementado los precios de las reformas?

Los proyectos se encarecen debido a la subida de los costes de los materiales de construcción

Quien tenga pensado reformar su vivienda habitual o su segunda residencia en estos meses se encontrará con presupuestos más caros de lo habitual, hasta un 30% más desde principios de 2022 hasta ahora.

La escasez y el alza de precios de los materiales que afecta a la construcción en general y se extiende al subsector de las reformas están detrás, y no se atisba el final por parte de los proveedores, pues la situación que se arrastraba con la crisis de los fletes y la energía se agravó con la guerra en Ucrania tras la invasión rusa.

Empresas consultadas por Mediterráneo en la provincia de Castellón corroboran que continúa existiendo demanda y siguen con los trabajos contratados, aunque hay clientes que preveían obras de más calado que sí han decidido posponerlas o bien optar por un proyecto más modesto o calidades más económicas para ajustar su gasto sin renunciar a poner a punto su hogar.

Sergio Pardo, gerente de Grupo Pardo, explica que «ha habido un encarecimiento bárbaro de los materiales: hierro, hormigón, aluminio, cobre…y automáticamente se han puesto todos en el carro». «Está claro que el coste de la energía ha aumentado y ello encarece los productos, pero el hierro, por ejemplo, de enero hasta ahora ha subido de 1 euro el kilo montado en obra, a 1,60. Casi se ha duplicado. Otro ejemplo es el hormigón: hemos recibido cartas de las plantas explicando que a partir del 1 de mayo el precio sufre un incremento de 10 euros por m3 sobre un precio de 60. Donde antes te costaba 60, ahora, 70».

Los proveedores tampoco saben cuándo tocará techo. «Realmente la subida de precios ha sido espectacular, al tener lugar en un plazo muy corto de tiempo, en un par de meses. Lógicamente, la guerra en Ucrania ha influido».

Pese a todo, su empresa no para. «Nos piden presupuestos de reformas todas las semanas. Buscan cambiar el baño o la cocina; o una reforma integral del apartamento y tirarlo todo abajo y hacerlo nuevo. Y en obra nueva, está el particular que compra una parcela y se quiere construir una unifamiliar con jardín que le da la libertad que no tiene en un piso».

Pero el impacto está «en las disyuntivas que se plantean muchos clientes». «En marzo vino una persona decidida a aceptar un presupuesto de octubre. Si es un incremento bajo, lo asimilas. Pero con subidas del material del 300 o 100 o 50%, no puedes. Para una estructura de hierro de una casa que precisa 30 toneladas de hierro a 0,50 euros más, son 15.000 euros de sobrecoste solo para empezar. No hay margen de maniobra», relata. Y le plantearon opciones: «Rescindir el contrato y buscar otra empresa que igual pide más porque hay otras partidas que sí conservan el presupuesto de hace seis meses; dos, pagas la diferencia; o tres, pospones la obra al menos seis meses, a después del verano, para ver si el souflé de precios ha bajado, aunque nunca lo hará a nivel de enero. Porque siempre ha pasado igual cuando hay subida sube mucho pero tarda en bajar y se queda un porcentaje. El precio llegará a estabilizarse en algún momento pero no como antes».

En general, las reformas igual siguen, pero se moderan. «Hay clientes que al pasarles el presupuesto se les va y ven cómo reducir costos: renuncian a la piscina y la dejan para dentro de tres años; o el garaje lo acaban diáfano en lugar e con bodega; o ponen césped en lugar de pavimento exterior. Renuncian a lo prescindible».

Diferentes costes y retraso de suministros

En otra compañía, Fustecma, su CEO, José Matas, relata que «efectivamente, el coste de las reformas se ha encarecido en torno a un 30% y hay materiales que tardan en llegar. Aunque la demanda se ha moderado, trabajamos relativamente bien, sin muchos parones, pues muchas obras ya no son por comodidad, como tras el confinamiento; sino por necesidad». Se pide desde una cocina (de 3.000 a 30.000 euros, sin obra; o de 8.000 a 30.000, con obra, y todo varía en función de superficie, calidades y qué se hace), «De vez en cuando sí hay materiales que pueden faltar. Por ejemplo, montamos una cocina y se retrasó el envío del zócalo. Luego, en azulejos, lo mismo. Tienes que llamar a fábrica y que te digan el estoc. A veces hay referencias en catálogo que allí ya no están disponibles», explica Matas. «Si se pide una melamina especial y en lugar de tardar cuatro semanas, tarda ocho o 12. Son barbaridades», indica.

Melaminas, DM, aglomerados o hierro cuestan más del doble que hace un año. «En 2021 nos tocó buscar material por debajo de las piedras para poder servir. La mano de obra subió, pero menos, un 5%. La luz sí cuesta ya cuatro veces más: de 3.000 a 12.000 €».

Fondos europeos, sí, aunque con peros

Ante la coyuntura actual en el mercado de reformas, marcado por la escalada de costes, desde la patronal de la construcción de Castellón Apecc son optimistas en cuanto a que las subvenciones europeas que se pueden solicitar hasta el 1 de diciembre avivarán la demanda en los próximos meses. En representación de Apecc, el coordinador de la gestora, David Ruiz, apuntó: «Sigue habiendo mucha demanda de reformas en Castellón. Y se prevé que continúe. La semana pasada se presentaron en València los fondos Next Generation destinados a la reforma de viviendas, comunidades de propietarios y barrios, a fin de mejorar la eficiencia energética de las mismas. Vienen de Europa y la Conselleria de Vivienda tiene interés en que se utilicen».

Sobre el contexto vigente, Ruiz valoró que «el encarecimiento de materiales afecta a las reformas y el importe depende del propio producto: aluminio, hormigones, hierros y cerámica han subido mucho de precio. El sobrecoste, dependerá de cada caso, del acuerdo alcanzado y del contrato firmado en el momento del encargo». En su opinión, por ahora, «las pequeñas reformas de particulares siguen a buen ritmo aunque quizás sí repercuta en las de mayor calado, pero no tenemos datos».

En todo caso, empresarios como José Matas, CEO de Fustecma, en el día a día detecta que hace falta menos burocracia en las convocatorias de ayudas públicas en general. «En el Plan Renhata de Conselleria, vienen clientes que no se compra pisos nuevos sino de segunda mano o heredados y lo que más arreglan son baños o cocinas. Hay además gente mayor que se hace la obra pero no pide la subvención porque se pide mucha documentación, cuestionario, etc.». «Debería ser tan sencillo como presentar una factura con el IVA de la empresa y que le abonaran la ayuda», propuso.

Por su parte, Sergio Pardo, de Construcciones Pardo, indicó que en rehabilitación estructural y eficiencia energética –campo de ayudas de la UE–, « hacemos muchos trabajos y las ayudas lo potenciarán, suponen un ahorro para las familias. El posible sobrecoste es compartido, no se nota tanto. No es lo mismo un propietario que se gaste 15.000 euros en reformar su casa que otro que desembolse 2.000 ó 3.000 para reparar fachada o acondicionamiento energético».

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